En la ciénaga, se manifiestan conflictos hidrosociales significativos debido a la apropiación de tierras para la ganadería, la desecación de la ciénaga, la contaminación por vertimientos domésticos y la deforestación. Estas prácticas no solo alteran el equilibrio ecológico de la ciénaga, sino que también comprometen la calidad del agua, reducen la biodiversidad y afectan la sostenibilidad de los recursos naturales, exacerbando las tensiones entre los distintos actores que dependen de estos ecosistemas para su subsistencia.