La contaminación del agua, la ausencia de alcantarillado y la degradación de las ciénagas y otros atractivos naturales generan un conflicto hidrosocial que disminuye el potencial turístico del municipio. Este deterioro afecta especialmente al río Magdalena y las ciénagas del casco urbano, comprometiendo la sostenibilidad del turismo y su potencial para la economía local.